Festivales y niños: La nueva tendencia que llega para quedarse

La tecnología como socio imprescindible de familias y festivales

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De padres festivaleros, hijos festivaleros.

Cada vez son más los promotores de eventos que se suman a contar con el público "mini" para sus festivales, haciendo de las actividades familiares uno de los imprescindibles en sus fechas, la posibilidad de que éstas asistan a este tipo de eventos con sus hijos amplía la oferta de ocio familiar.

Numerosos estudios apuntan a que el aprendizaje de los niños se basa en observar lo que hacen los padres, y que mejor qué transmitirles la cultura musical, así, de padres "festivaleros" nacen nuevas generaciones de usuarios de festivales, que se enriquecen con lo que más nos gusta, la música, y de sus beneficiosas propiedades para la salud y el desarrollo.

Esta nueva tendencia, además de aportar la conciliación a las familias con el ocio musical, también obliga a promotores a mejorar sus medidas de seguridad. Si en un festival corriente el control de aforo se convierte en un socio imprescindible, en materia de gestión, cuando se trata de menores es mucho más que necesario, evitar los riesgos que conlleva no hacer hincapié en proteger a los usuarios puede ser mucho más delicado si este nuevo público se ve implicado. 

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RFID

Este verano estuvimos en el Iboga Summer Festival, uno de los festivales que incluye en sus ediciones una programación especial para sus “kids”, hablamos con uno de sus promotores, Álvaro Garro, el cuál asegura que “el concepto de festival está evolucionando” y que su propio público estaba demandando un formato inclusivo para las famílias con hijos.

“Nuestros padres no se iban de festivales, se iban de conciertos, pero ahora nosotros sí que nos vamos de festivales y la primera generación de festivaleros tiene hijos”

El multitudinario evento contaba con numerosas medidas de seguridad, en las que se incluía un cuidador por cada cuatro niños, pulseras con la edad codificada para evitar el consumo de alcohol, y vinculadas a un adulto por si el menor se perdía, "no es lo mismo cuidar de una persona de 25 años que de una de cinco, desde luego todos los cuidados y detalles para esta zona han sido extremos" apunta Álvaro, quien ve muy interesante que, gracias al chip NFC con los datos del menor, este pudiese encontrarse con sus padres en caso de perderse, además, en caso de tener una edad con "disposición" a consumir bebidas alcohólicas, la pulsera servía como freno al tener restringido este tipo de bebidas.

El festival también ofrecía zonas exclusivas, como un camping reservado, dónde se ofertaban diversas actividades como un cuenta cuentos o juegos infantiles, que completaban así la experiencia de las familias, las cuales pudieron aportar un feedback más que positivo, según nos cuenta su promotor.

En definitiva, utilizar medidas como el control de aforo o el sistema de pago por pulsera cashless, no solo produce un efecto positivo en el consumo y la gestión, algo que nos pudo confirmar en este caso el promotor del festival valenciano, si no que resulta necesario en cuanto a medidas de seguridad se refiere, y más si se ven implicados tus propios hijos.

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